domingo, 20 de septiembre de 2015

Prohibir




Bueno es saber que los decadentes tienen
necesidad de la mentira;
es una de sus condiciones vitales”.
Friedrich Nietzsche



De tanto prohibir, ya no hay tiempo
para desobedecer,
las gentes quieren vivir y dejar vivir en paz;
donde las relaciones sociales,
sean un hecho natural.

Quienes detentan poder,
no saben qué hacer para imponer su creer
y su despótico mandar,
se esconden tras sus falaces criterios,
en todo momento se disfrazan para imponer
su minusvalía mental y social.

De paso, con aquel enmascarar,
con absoluta felonía, meten mano al tesoro público,
para su peculio particular,
ya sea directa, indirecta o por boletín oficial.
Lo suyo es prohibir para, con falacia, a la población,
hacer digerir la infamia en el hacer y disponer,
imponer el caciquismo con fuerza, a sangre y fuego.

Su gobierno se sustenta sobre es la mentira, la felonía
y la maldad, retuercen las leyes e imponen
la oscuridad, la hipocresía como hacer original,
todo aquello que por engaño es carente de verdad.

Crean “corralitos” para adulterar la realidad,
no con otro fin que acrecentar la faltriquera personal,
familiar, de amigos y demás pendejos del ego personal.

Las gentes no tienen ni quieren,
tener tiempo para tanto desobedecer;
quiere un trabajo para, con honor, vivir;
una escuela y universidad,
donde instruir a sus hijos en saber con libertad;
no quiere falsos comerciantes de su voto particular;
no quiere cuestionarios que declaren su ignorancia,
porque cada día cambian las preguntas;
no quiere púlpitos de vacas sagradas,
al socaire de la falsedad;
no quiere vendedores de humo,
que oscurecen la nocturnidad.



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