domingo, 26 de septiembre de 2021

XLIX





Al rugir la tierra, los sueños quiebran,

sus bellas imágenes per se truecan

en drama de gentes, donde le cercan

las desgracias, por las que piden se abran


las piedras volcánicas, que deslumbran

sus justas razones y se esclarezcan

los negros mantos, que matan y achican

las blancas causas de vida que encumbran.


Tal destrucción es dolor sin consuelo,

quebranto que dudará años para afear

a lugareños su vida aguerrida.


Que el postrero rugido enjugue el duelo,

trunque la desesperanza y haga flamear

la bandera de una superior vida.


© Jcb


 

domingo, 19 de septiembre de 2021

XVII

 




Desolados somos por sufrimiento,

lo que en absoluto será sorpresa,

que soportar es cosa de abadesa,

ya que el silencio tiene sabio acento.


La desolación atiza el aliento

cual útil luz en candil de marquesa,

quien brioso como el viento fija artesa,

ganando la partida al fuerte encuentro.


Sufrir por sorpresa hace desolado

al sabio que sabe guardar silencio,

tanto como al tenaz que vence al viento.


Gozar de luz es lucro de calado

que evita extrañeza y al autoservicio

del vacío, cual pena y descontento.


© Jcb


domingo, 12 de septiembre de 2021

XVI

 




Mi paciente razón aspira a conocer

la causa de tu ser, luz y cordura,

mi espera en equidad es la mesura

de tu obrar para entender todo acontecer.


Mi tardanza es la razón de todo tu hacer

junto al verbo de tu método y cura,

no siendo ajeno el examen y holgura

para embeber el sano orbe y su verdecer.


Vivir con calma siempre es ventajoso,

se evita el error de interpretaciones

falsas, además se gana vida y salud.


Tu conducta exige acto bondadoso,

no falto de sustancia, sí de opciones

de la razón como práctica de virtud.


© Jcb




domingo, 5 de septiembre de 2021

XIX

 



Alejado de reflexión el velo

ciega el paso de la prudencia, tanto

ciclo lunar pareciera que el canto

de los dioses es vuelo helado y lelo.


La cautela hace prueba del anzuelo,

que da fe del juicio en honor al manto

que extiendes a los sueños de amaranto

cuya flor carmesí es vida en anhelo.


Tus garfios deben ser vivencia y juicio,

medida de honores ajedrezados,

cuyas huellas son peldaños de sueños.


Tu cuello almidonado será vicio

de arrogantes alzacuellos alados

cuya ventana esta cegada en años.


© Jcb