domingo, 26 de mayo de 2019

LA VIDA EN RAMA




Toda nuestra vida pende de una
sucesión de hechos y circunstancias,
fuerzas motriz que en la mayoría de las ocasiones
son ajenas a la razón y la voluntad personal.

Estamos sujetos a un árbol troncal,
del que nos unen afectos, además de:
educación, idiomas y otras
circunstancias personales,
que nos hacen progresar
y nos atan con nudos de fuerza total.

Hemos de valorar y tomar conciencia
de cuanto somos, queremos y/o podemos
y, aún, sin romper aquel cordón umbilical,
ser capaces de abrir nuestra vida a todo
cuanto deseamos hacer y ser,
esto es, buscar aquello que queremos ser.

Sólo nos es regalada la vida y el desarrollo
de la misma hasta la mayoría de edad,
una vez ello, sin romper las raíces troncales,
abrir las alas y empezar a volar,
según nuestros propios impulsos y voluntad de ser.

Tal vuelo, unido a las raíces que lo sustentan,
exige no dejar de otear la mejor presa
para el desarrollo y progreso personal.

Todo nos será permitido, salvo perjudicar
a la persona que tenemos a nuestro lado,
la felonía como la falacia,
no caben en los canales de la vida en comunidad.

Crecer a costa del sudor ajeno,
no lo olvidemos, es villanía,
bajeza moral, lo que no es compatible
con los deberes éticos de una ciudadanía cívica.

© Jcb



domingo, 19 de mayo de 2019

GANAR LA VIDA





La vida con su fija ceremonia,
cual noria que no descansa, su canto
requiere precisión y gran encanto,
donde el listón es alto en armonía.

Nada te turbe...”, la filarmonía
te demanda escucha sin desencanto,
así, “...nada te espante...” el anacanto,
flota y vive su gran hegemonía.

Busca el encuentro y el diálogo vendrá
dado, echa razón con humor, no agobies,
relaja, aquieta vida sin ironía.

Gana los vientos, vence la pereza,
busca la vivencia y su luz de vida,
como los viejos robles echa raíces.


Abre las alas y alza el vuelo, haz
de tu hegemonía una vida feliz.


© Jcb



lunes, 13 de mayo de 2019

LUZ VIGÍA




Eres vigía del medio, iluminas
tus pasos y los de aquellos que junto
a ti avanzan por senderos de acento
e ingenio, afecto en vías que apadrinas.

Ser vigía, no es una opción, tu atinas
con la ruta de la luz, el minuto
de reflexión, cuya verdad es punto
de emoción por el honor que aglutinas.

La vida es una vereda de espinas
y rosas, de luces y sombras, huellas
y simiente que tomas y acaloras.

Avivar exige arte y disciplinas,
prudencia que exprimes sin más querellas
que la integridad, justicia que afloras.


© Jcb










sábado, 4 de mayo de 2019

0018




Observa la historia de la humanidad,
toda ella es un libro abierto a tu servicio,
está lista para abastecer todas tus necesidades;
cualesquiera que sean tus objetivos,
sean programados o cogidos a vuelapluma,
siempre hallarás respuestas
para tus más ambiciosas preguntas.

Sea la que fuere tu disciplina académica o laboral,
con regularidad encontrás un espejo en el que fijar tus ojos;
ello te llevará a poder reflexionar
para sacar los mejores resultados.

En cada instante, procura ser esponja para
sacar lo mejor todo aquello que te puedas rodear.
Aún así, nunca olvides, que tras las actividades humanas,
se esconden, los egoísmos, las mentiras, las injusticias.
En definitiva, la falta de ética, honorabilidad y pluralidad.
Poca gente tiene la decencia de reconocer los valores y éxitos ajenos.

Otra de las grandes falsedades de la humanidad,
es recurrir a los dioses. “...El hombre es el único animal que venera...”. 
No olvides que los dioses, no son otra cosa que una creación humana,
una ficción con la que la humanidad justifica su insignificancia,
ante la naturaleza que le rodea e inunda.
Por tal, por encima de cualquier otra condición, se libre y justo;
exige respeto y respeta en igualdad de condiciones.
Nadie es más que nadie.
Todo el mundo tiene derechos y, obligaciones,
en condiciones de paridad e igualdad.

No pongas puertas al campo,
no te limites en ninguno de tus objetivos, actúa sólo,
en función de tus posibilidades y capacidades,
tu eres el que te debes limitar, o no, conforme a tus objetivos;
ello siempre desde la libertad de acción y reflexión personal, eso sí,
con absoluto respeto a los otros.
Vive con la verdad, justicia y honorabilidad.
Jamás pises a nadie, tampoco permitas ninguna humillación.
Cualquier persona, sin distinción alguna,
merece el mayor de los respetos.

Intenta comprender a todos y cada uno de aquellos
que a tu vida llegan; aún así, no olvides que la naturaleza humana
es egoísta, razón por la que siempre flaquea.

Por tal, lo que quieras ser y, al final logres ser,
siempre dependerá de tus esfuerzos, reflexiones y ambiciones;
piensa que en toda la historia de la humanidad,
sus logros y desventuras, están a tu servicio,
indaga, no dejes de interrogar e interrogarte,
seguro que al final descubrirás aquello que buscas y deseas ser.
Jamás te rindas: de las gentes cobardes, nada es admirable.
Sólo el esfuerzo armonioso, justo y pacífico es digno de vivir.

© Jcb