lunes, 30 de abril de 2018

LIII





Belleza por círculos concentricos,
cuya justa acción es firmeza y razón,
quien con certera reflexión e ilusión,
construye sus límites dinámicos.

Toda armonía son los trazos críticos
del esplendor, gallardía de justa acción,
donde la vida son gozos y pasión,
así, reflexión son actos cívicos.

Quiero actos de lindeza como aquella
conducta que glorifica justicia,
cuyos sucesos son verdad y equidad.

No hay sendero que no sea centella,
de quien andando en armonía sea audacia
para la más hermosa afectividad.

© Jcb


lunes, 23 de abril de 2018

Las Horas vividas





A Juan Luis Quevedo Seco,
amante del pupitre y la honesta pulla verbal.


Muchos son los días muertos, cuyas horas
vividas, no me llenan de contento,
pues, por muerto, es malogrado el recuento,
en calendario viviente de ataduras.

Pletórica pasión de amor, mordeduras
que sufre el culto sin sexo despierto,
dormir no quiero por mi descontento,
de amanecer sin sus abolladuras.

Al acecho quedo tras mi amanecida,
que aliento de su existencia, es la llama
de vivencias que dan fe de la vida.

Husmeando el día atisbo la abastecida
mañana de nuevos juicios, calmada
aurora nueva, dichosa madrugada.

© Jcb



lunes, 16 de abril de 2018

Mi yo y su vasija




     La vasija de mi yo tiene meta
final, sus límites son caducidad
incierta, lo mismo que su anualidad
certera, es su fragilidad coqueta.
     Es arqueta que filtra toda tormenta,
asienta y ordena los filtros de su verdad,
elabora el control de su anualidad,
produce los vientos que le sustenta.
     Mi jarrón no sabe de mi yo, cede
toda bula de su razón y ciencia,
sus lindes moran junto a sus afanes.
     Mi yo es consciente de su recipiente,
así sus restricciones son advertencia,
límites y licencias de su acacia.

© Jcb



lunes, 9 de abril de 2018

Mi barca






    Mi barca no tiene velas, le falta
el timón, sus remos están desgastados,
aún así, su navegar son soñados
remontes que alzan la vía más resuelta.
    Mantiene la ciencia más desenvuelta,
aquella que genera espacios amados,
donde todo vivir son entorchados,
hazañas de la vida más esbelta.
    Mi navegar es liviano, mi frágil
velero, no soporta grandes vientos,
las tormentas le hacen zozobrar.
    El galeón me acarrea, niega ser púgil,
acepta las tormentas sin contentos.
Poseidón está al confín para encumbrar.

© Jcb


La imágen que acompaña al presente poema, es propiedad del acuarelista don Mariano Mosquera Mata, con residencia en Carcaixent (Valencia). A quien agradecemos el préstamo.






viernes, 6 de abril de 2018

La fortaleza del débil





     Toda fortaleza es débil si espera
paciente con impaciencia, es el ideal
de los silentes que gritan su floreal
silencio, congoja en su anguilera.
     Su débil fuerza es razón que abandera
lucha interior, quien busca el ser del desleal
que hiere la flor del sosiego boreal,
tales silencios son su abrazadera.
     Vestir la reserva, es la fuerza frágil
que guarda las murallas, quien cerrara
la preservación del ser en reposo.
     La alcazaba per se niega el mercantil
acto del yo; él crea la verdad cimera
que refuerza el ser y estar más hermoso.

© Jcb