III

Ya le has visto la cara de la muerte,

su acción ha sido rigurosa y experta,

un instante sin opción, no despierta,

ha llegado el final, nada revierte.

Olvida los rezos para atenerte

al recuerdo, evocándole se inserta

en la historia, donde se hace más cierta,

su memoria y una existencia oferente.

Los rezos son zarandajas, atiende

a lo que fue y dejó, fue “buena gente”,

ejemplo de humanidad diligente.

Laboriosidad ejemplar que extiende

hacendosidad perfecta y creciente,

de evocador silencio y metro en linde.

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0033

Gorjeas sonidos, ello son

tus palabras de comunicación,

eres expresiva,

eres valiente y convincente,

eres presente, atenta y silente,

eres caliente de corazón,

tu expresión es amor,

ensoñación de color.

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0036

Aunque mi cuerpo se hubiere ido,

mi yo te seguirá esperando.

Y, en la noche de los tiempos se hará la luz.

Entonces el encuentro será dichoso.

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PAZ

A PAR

Paz eres tú, soy yo, es aquel, y el otro;

por tal debes conducirte con verdad,

la mentira es mezquina, lleva maldad,

enemista, humilla y da frío en rostro.

La persona de Paz cual alabastro,

admite el frío y el calor, cuya acodad

no remite al fulgor adverso, anidad

que guarda con humildad en su ancestro.

Paz es testigo de razón superior,

evidenciando eficiencia ética

de inteligencia justa y ecuánime.

De tierra próspera manda su interior

voz, que extiende y objeta aforística

posición del yo en gozoso epítome.

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0037

Mi ánima está sedienta,

busca la fuente donde redimir su sed.

Camina por los desiertos más áridos y pedregosos.

Busca el arrullo que genera lo gemelo,

allí donde la luz acoda la verdad.

Aquel tiempo y espacio en los que la certidumbre

expresa la voluntad de ser y estar,

donde brilla la luz de la ética en libertad.

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