domingo, 31 de mayo de 2020

III



Ya le has visto la cara de la muerte,

su acción ha sido rigurosa y experta,

un instante sin opción, no despierta,

ha llegado el final, nada revierte.


Olvida los rezos para atenerte

al recuerdo, evocándole se inserta

en la historia, donde se hace más cierta,

su memoria y una existencia oferente.


Los rezos son zarandajas, atiende

a lo que fue y dejó, fue “buena gente”,

ejemplo de humanidad diligente.


Laboriosidad ejemplar que extiende

hacendosidad perfecta y creciente,

de evocador silencio y metro en linde.


© Jcb