domingo, 26 de septiembre de 2021

XLIX





Al rugir la tierra, los sueños quiebran,

sus bellas imágenes per se truecan

en drama de gentes, donde le cercan

las desgracias, por las que piden se abran


las piedras volcánicas, que deslumbran

sus justas razones y se esclarezcan

los negros mantos, que matan y achican

las blancas causas de vida que encumbran.


Tal destrucción es dolor sin consuelo,

quebranto que dudará años para afear

a lugareños su vida aguerrida.


Que el postrero rugido enjugue el duelo,

trunque la desesperanza y haga flamear

la bandera de una superior vida.


© Jcb