miércoles, 23 de septiembre de 2015

No olvidemos las lecciones de la historia






El gran valor de la historia,
para quien quiera entender,
son las lecciones que a diario otorga,
cualquiera que sea la materia de que se trate.
Aprendamos la lección,
no permitamos más errores ni golferías.

Son muchos los delitos que por acción y/u omisión,
los representante políticos de la ciudadanía,
ya sea por actos “dedocráticos” o “democráticos”,
desde noviembre de 1975, hasta la fecha,
por falacias y felonías, no han dejado de sucederse.

Es por ello, que por higiene democrática y
salud mental de las gentes,
hay que depurar los comportamientos ilícitos,
más aún, los delitos de lesa patria y lesa humanidad,
cualquiera que hubiere sido el autor de ellos,
los que en ningún momento deben quedar impunes.

Hay que armar de civismo a todas las gentes
que conforman la Nación.
La educación, la formación y la cultura,
son las herramientas básicas,
que conforman la ciudadanía, por ende la convivencia.
Con dichos “mimbres” y
el más depurado concepto de “ciudadanía”,
colmemos el armario de la Nación
que a todos nos cobija.

La Nación debe dotarse de un
Estado honesto y eficiente,
donde cada cual, lleve a perfecto puerto,
sus derechos y obligaciones

Cualquiera que sea el puesto social
que cada persona ocupe,
todos tienen el derecho y la obligación,
de participar en la cosa común de la agrupación.

Unir lo real con lo ideal,
es la luz que a todos ilumina,
la paz y armonía que a todos sostiene.

© Jcb