miércoles, 5 de octubre de 2016

Los susurros de mi interior





Los susurros de mi interior sólo son míos,
por tal responden a mi ser, son hijos
de mi razón, de mis sentimientos, alojos
de reflexión, cortinas de acopios,
alardes de emotividad, adagios
de mis cantos en soledad, anejos
de mi interioridad, por mis atajos,
estímulos, de vida, soplos folíos.
Mis susurros son afectividad, bríos
de mi hacer, de mi vida sus calcios,
alabanza de eternidad, artejos
de una existencia preñada de cirios,
que ilumina los senderos cimeros,
cuyos cruces vitales son aparejos.


© Jcb

domingo, 2 de octubre de 2016

Filigranas de otoño





En otoño dibujo filigranas
de oro, son honores y pesares,
encuentros y reencuentros, sillares
por los que toman amores las granas
que crecen y arman triunfos a bocanas;
son vientos de mares, cual conductores
de nuevos aromas, hoy cadáveres,
un día florecieron y en sus mañanas,
vientos de amores tejieron con finas
cortinas de pasión, lograron amarres
de sentimientos, sus voces son briznas
que propician en ocres las almenas
en puestas de sol, sus amaneceres
sazonan ricas semillas acunadas.


© Jcb

jueves, 29 de septiembre de 2016

XXIV






Jamás perder la dignidad, humildad
y honorabilidad; poder con verdad
volar, es ganar el viento de lealtad,
sin dependencias; con individualidad,
mezclada con la fuerza de la comunidad,
sabiendo que es tu asidero de unidad,
teniendo por contrafuertes, en abundad,
la reflexión cual medida de alindad,
donde la ponderación sea anidad
de fortaleza; que tu interioridad,
sea fruto de una vida de claridad,
donde la luz gane rigurosidad,
por tu depurado hacer con humildad,
siendo la belleza, honor de la verdad.


© Jcb


martes, 27 de septiembre de 2016

Lloran las aguas





Lloran las aguas, como todo animal
vivo se sienten dolidas por el mal
trato recibido, del cruel animal
que domina en los humanos, tamal
que intocable se cree, siendo su informal
ser lo que perturba todo lo normal,
tan despiadado resulta ser su mal,
que por su descerebrado proximal
colmado, no es capaz de ver el mal
que genera y expande su ramal,
dando quebranto al hábito termal,
por el cuidado y cultivo decimal,
de crear y multiplicar el bien en mal,
con o sin voluntad, es su acto formal.



© Jcb

viernes, 23 de septiembre de 2016

XXII





Observar la Verdad es vivir algo
objetivo, lo que no hay que confundir
con la opinión, tal acto es acudir
al hecho subjetivo; por ello dibulgo
mi ocupación con la Verdad, donde cuelgo
mi libre disposición para discutir,
el respeto de la minoría por rendir
pulsos”, sin más razón que “endilgo”
mi yo a “todo dios”, por ser yo quien espulgo
la verdad de mi razón, sin más reflexión
que “la razón de la fuerza”, como valor
de toda acción y gestión, cual hidalgo
de permanente ocupación en mi razón,
que tomo e impongo en acto unicolor.


© Jcb

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Vivir y Sentir la Vida



A Rafael Cobos Jimenez

Vivir es Sentir, principios básicos
de toda vida humana, no podrás
vivir si tu vida carece de vivencia,
no podrás vivir si en tu vida,
no sientes la vida misma,
no interiorizas los sentimientos,
razones y reflexiones cuando ellos
se amalgaman en una suerte de
estadios por donde necesariamente,
con o sin licencia, la vida camina.
El camino de tu vida, es algo que debes vivenciar,
pues es posible que no siempre sea de tu elección,
aquella vereda, por la que todos, de una u otra forma,
antes o después debemos pasar;
aún así, debes saber manejar las riendas de tu vida,
la debes sentir y vivir, es tu mismo ser.
Tu vida es una y única, una vida que nadie podrá vivir por tí.
Vivir tu propia vida, es expresar tus razones,
tus emociones, positivas o negativas,
aquellas que la misma vida te produce.
Para vivir la vida hay que vivenciarla,
lo que no es otra cosa que esa gran amalgama de emociones,
sentimientos y razones por las que vivencias tu propia vida,
con la asunción de los compromisos y afectos
que la misma nos proporciona y exige.
Si importante es vivir la vida,
no lo es menos atender los caminos
que la vivencia de ella nos proporciona.
Además de ello, debemos atender la mutaciones
que nuestra vida sufrirá con el paso de los días;
por tal debemos vivienciar los cambios y giros
de nuestra vida, observar sus razones y ser coherentes,
con los cambios y evoluciones naturales de nuestro ser;
eso sí, sin faltar a la unidad de nuestra personalidad,
la que sin duda también evoluciona con el paso de los días.
Nuestro compromiso de vida,
tanto individual como colectiva,
es nuestro yo, que es, el que se manifiesta en cada instante,
donde jamás debe faltar la verdad, la razón y la reflexión,
sobre todo, nuestro compromiso con nuestro hacer y acontecer;
donde el amor y los afectos,
sean el eje central de nuestra conducta.
Así, hay razones de sangre y razones de afectos electivos.
Por tal, la vida no es un hecho aislado,
es vivencia individual y colectiva,
es frio y calor, vigilia y sueño,
luz y oscuridad, pasión y apatía,
horizontalidad y verticalidad,
día y noche, frío y calor, agua y nieve,
amor y desamor, vida y muerte.
Muchas son la razones para vivir la vida,
pero la razón última es la muerte,
quien justifica la vida y su vivencia, el amor, la pasión, la razón,
la verdad, la belleza, la humanidad...
No hay muerte donde no hay vida.


© Jcb

lunes, 12 de septiembre de 2016

Oleajes de la Vida





La vida, un mar en constante oleaje,
donde quedamos sujetos a los acopios
de sus vientos alisios y contralisios,
a merced de fuerzas naturales, cuaje
que es preciso superar con cabotaje
superior, cual asidero de alojos,
donde la vida sea vivida con ojos
en la rosa de los vientos sin chantaje.
Toda vida tiene sus marejadas,
las que sólo mejoran con las añadas,
gracia a las tierras y fronteras, que
los años hacen dar por superadas,
donde los vientos ponen sus soñadas
rosas de pasión con visión de trueque.



© Jcb