viernes, 23 de septiembre de 2016

XXII





Observar la Verdad es vivir algo
objetivo, lo que no hay que confundir
con la opinión, tal acto es acudir
al hecho subjetivo; por ello dibulgo
mi ocupación con la Verdad, donde cuelgo
mi libre disposición para discutir,
el respeto de la minoría por rendir
pulsos”, sin más razón que “endilgo”
mi yo a “todo dios”, por ser yo quien espulgo
la verdad de mi razón, sin más reflexión
que “la razón de la fuerza”, como valor
de toda acción y gestión, cual hidalgo
de permanente ocupación en mi razón,
que tomo e impongo en acto unicolor.


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