No
hay otra razón para la existencia,
que
la propia vida,
ella
nos construye y eleva,
ella
nos hace independientes o dependientes,
ella
nos hace luchadores o enclenques
con
raquitismo corpóreo o mental, que es lo peor,
ella
nos convierte en seres inteligentes y,
por
ende poderosos mentalmente,
o
miserables roedores del sudor ajeno;
ella
nos hace superar las dificultades,
ella
nos obliga a ser fuertes,
más
aún cuando tienes prole que depende de ti.
La
vida, son actos de naturaleza animal,
acodados
con la fuerza racional
que
te proporciona tu capacidad humana,
la
que te impulsa a reflexionar y ponderar,
sabiendo
entresacar, lo positivo de lo negativo,
todo
por tu supervivencia animal.
Eres
puro animal, ahora bien, si te pones a trabajar
la
ciencia interior que tus genes te otorgaron,
serás
capaz de ganar la vida en libertad y,
con
ella brindar una oportunidad más
a
toda la humanidad,
de
la que sin duda eres parte activa,
por
ello hay que superar la “animalidad” y,
por
mor de nuestra racionalidad,
hacer
de la humanidad, patria común y universal,
de
gentes libres y pensadores,
cualquiera
que sea el credo que si/no practiques.
©
Jcb