miércoles, 23 de mayo de 2018

Senectud





La vida humana, en sí, la mantiene
esa muerte, de engañadora senectud
que arrastra la vida perdida su virtud;
pide fuerza y alienta lo que se atiene.

Su belleza es la fuerza que sostiene
la ciencia de todo ser, con gratitud
el saber estar le niega ingratitud,
cuyo esplendor es fuerza de higiene.

Senectud, jugos de pasión e ilusión,
gallardía que el tiempo cotejó y engulló,
aderezó el honor de augurio tras hornear.

Senectud, continente de persuasión,
belleza que la fiesta devoró; aúllo
la vida que juventud no festejó.

© Jcb