jueves, 22 de noviembre de 2012

Sombra de mis sombras




I
A tu silencio no le encuentro la razón,
pero estoy seguro que tu tienes la explicación.
Ya se que las razones de los sentimientos no tienen razón,
simplemente son, en muchos casos, son obcecación.

II
Todo es cuestión de valoración.
Uno de aquí, otro de allí,
la suma es la que quiero yo.

III
Es mi razón y en ella quien manda soy yo;
tu importas en tanto lo quiera o entienda yo.
Las razones del corazón, no tienen explicación,
son lo que son, sin más razón.
Lo que un día nació otro día murió,
las causas, el camino las forjo.
Forja que el tiempo fraguo,
y, la noche de los tiempos de sombras el camino cubrió.

IV
Sombras que en el día y en la noche
el alma achica y enloquece
donde la razón perece
y la vida, sin explicación, entristece.

V
Sombra de mis sombras
que conmigo vas,
donde quiera que yo transite
tú allí insistes,
sombra que mi vida derrites,
tu insistes y para ti no tengo escondite.

VI
Quiera la tierra y la razón,
que todo tenga su explicación.
Hay razones que no tienen explicación,
son mis circunstancias, soy yo.

VII
Cuando el yugo no se ajusta a la bestia,
el barbecho no va en recta dirección.
Todo es cuestión de medida y fijación,
eso sí, con sentimientos y razón.
Difícil cosa y trabajo peleón,
más aún si en ese hacer, son dos,
sin son más, aun peor.

VII
Más grave aún, si en ese camino
la distancia y la hierba creció,
hierba que en algún momento en maleza se convirtió.
Por ello, nunca separar la razón y el corazón,
éste, muchas veces sangra sin ninguna explicación.

IX
Dos nunca es uno,
tampoco ninguno,
pues uno es uno
y uno tampoco es otro.

X
Sombra de mis sombras
que a mí acudes,
como la vida y la muerte,
en todo instante eres presente.
Eres la muerte,
eres permanente,
sin sol ni día resplandeciente.
En mi está fuerte,
yo débil y doliente,
sin querer en ti estoy presente.