Vida
y muerte, cuerpo y alma.
Es
la batalla perfecta y constante,
de
toda la humanidad,
a
lo largo de su existencia.
Es
la batalla de los soldados más valerosos,
toda
vez que los más débiles son derrotados en ese
mismo
campo de disputa.
Todo
es intachable armonía,
es
un perpetuo flujo y reflujo,
en
el movimiento pendular de los navegantes
de
la tierra y el mar,
cual
frontera limitadora de los espacios de las gentes.
Siempre
lo mudable,
siempre
la materia cambiante.
©
Jcb, 07/2015