Cuando
deje de haber esclavos y dueños,
cuando
el pueblo se rebele al instante,
contra
el inacabable atrevimiento de aquellos
a
quienes haya elegido;
entonces
y sólo entonces,
los
que acreditado tienen de ser “burrócratas”, “golfos”,
no
tendrán más remedio que pararse y decir:
“pies,
para qué os quiero” y,
al
momento tomar las de villadiego,
para
nunca más volver y,
con
ello perderse en la noche de los tiempos,
como
prueba de malos e incívicos ciudadanos.
©
Jcb