Dominadora
por proyección, habitas
mi
estancia y mi razón, ocupas todo
el
discurso de mi yo, eres el acento,
la
fuerza e ilusión, por el avance atas.
La
espera es la paciencia que añoras,
camino
por transitar, cual abonado
a
la construcción del yo, es desarrollo
e
ilusión de la pasión que tamizas.
Es
la oración de la razón, donde el
cobijo
más común es la reflexión,
tal
por valoración y ponderación del ser.
Tu
proyección, toda es programación
donde
la vida adulta se objetiva,
meta
que se extiende por aclamación.
©
Jcb