Tu
laboriosidad hormigueante,
te
hace tomar conciencia de las necesidades:
lo
perentorio y lo que es para después;
por
tal razón tomas posesión de la verdad y la razón
del
ser de la cosas,
por
maduración te organizas y astilleas los tiempos,
los
espacios y las posibilidades
que
las circunstancias te conceden;
por
tal te apresuras a tomar las cosas como son y,
conforme
a las limitaciones,
enderezar
los restos,
cualquiera
que sea el estado de aquellas cosas,
hay
que dar soluciones en todo momento,
sin
faltar a la verdad y sin estafar a las gentes.
©
Jcb