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Allí, donde el cielo se abraza

con el mar, donde todo es unidad,

allí, donde se confunden la quietud

y la bravía acción sobre balanza.

Allí, donde la ficción te acoraza,

donde la ilusión/deseo pueden acallad,

allí, la fuerza es razón por acodad,

donde vida y muerte confluyen con alza.

Allí, se agrupan con toda paridad,

calma y tempestad, verdad y mentira,

allí, afluyen la luz y la oscuridad.

Allí, sólo cabe la persona prioridad,

bravía, valerosa, practica, unidora,

allí, donde la vida pende de la verdad.

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La utopía de la vida misma

La palabra como hálito de fuego,

quien siendo luz del tiempo,

es ayuntamiento de vida por amor a la razón de vivir,

quien por medio de la reflexión,

la utopía conforma el camino de la vida.

Así, razón y reflexión cohabitan

para construir la vida y su palabra,

la toma vuelo de la temporalidad que conforma

el eterno paraíso de la infancia;

basamento de construcción de la vida

en sus más puras esencias.

No hay otra ocupación que la propia vida,

sin más sobresaltos que la vivencia de la misma.

El fuego que la misma genera,

son los alisios y contralisios que la propia vida expele,

lo que a diario hay regenerar

para seguir viviendo el vivir.

La utopía vivifica la senda de la propia vida.

El ser y su sustancia, son vida,

conforman una misma unidad del propio vivir.

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Actos humanos

Toda matriz moldeadora de las tendencias,

no son otra cosa que actos humanos dinámicos,

de aquello que visiblemente es estático,

lo que en ningún caso puede negar lo estético.

La belleza no es ajena a lo estático ni a lo estético;

lo bello como la verdad o la justicia,

son atributos que conforman las actuaciones humanas.

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Mirar hacia adelante

Mira y presta atención a todo tu alrededor:

hacia atrás par tomar lección,

hacia adelante para programar y ganar el futuro

con ilusión esperanzada.

Por ello no es cuestión de pedir “saldos atrasados”,

lo que importa es que cada cual alcance la cota,

que se merezca, por propios méritos y capacidad de logros;

ello en base que su propio hacer y

compromisos personales, para sí y con las gentes;

dando cuenta de su gestión en cada momento.

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Infinitud individual

Semejante a la infinitud del mar,

encuentro a la persona en su más absoluta libertad.

En cuanto a la propia vida,

no hay distinción entre el hombre o la mujer;

pues lo que se defiende es la persona humana,

es la pasión por la individualidad,

en su universo como tal y,

con ello en lo grupal,

lo que a su vez conforma y sustenta,

desde su propia libertad,

la individualidad que es conveniente a cada individuo,

engarzada en la sociedad que le sostiene.

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Sed copiosos

No tengáis miedo de nada, ni por nada,

sed francos en la promulgación de la verdad;

preparad la superación

del cuerpo y el ánima;

sed copiosos en templanza y armonía.

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Paz y libertad

La vida no es si no el resultado

de angustias y convulsiones;

esfuerzos y descansos;

lloros y lágrimas;

gemidos y lamentos;

alegrías, paz y zozobras.

Los tiempos se programan y reprograman;

son citas al futuro,

miradas al frente sin desmayo;

retrospectivas para ganar los tiempos y los espacios;

incertidumbres de paz y libertad,

donde todo son esperanzas e ilusiones,

individuales y/o grupales,

donde el amor haga realidad la sonrisa de la vida.

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