jueves, 6 de agosto de 2015

La utopía de la vida misma










La palabra como hálito de fuego,
quien siendo luz del tiempo,
es ayuntamiento de vida por amor a la razón de vivir,
quien por medio de la reflexión,
la utopía conforma el camino de la vida.
Así, razón y reflexión cohabitan
para construir la vida y su palabra,
la toma vuelo de la temporalidad que conforma
el eterno paraíso de la infancia;
basamento de construcción de la vida
en sus más puras esencias.
No hay otra ocupación que la propia vida,
sin más sobresaltos que la vivencia de la misma.
El fuego que la misma genera,
son los alisios y contralisios que la propia vida expele,
lo que a diario hay regenerar
para seguir viviendo el vivir.
La utopía vivifica la senda de la propia vida.
El ser y su sustancia, son vida,
conforman una misma unidad del propio vivir.


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