Observa
la historia de la humanidad,
toda
ella es un libro abierto a tu servicio,
está
lista para abastecer todas tus necesidades;
cualesquiera
que sean tus objetivos,
sean
programados o cogidos a vuelapluma,
siempre
hallarás respuestas
para
tus más ambiciosas preguntas.
Sea
la que fuere tu disciplina académica o laboral,
con
regularidad encontrás un espejo en el que fijar tus ojos;
ello
te llevará a poder reflexionar
para
sacar los mejores resultados.
En
cada instante, procura ser esponja para
sacar
lo mejor todo aquello que te puedas rodear.
Aún
así, nunca olvides, que tras las actividades humanas,
se
esconden, los egoísmos, las mentiras, las injusticias.
En
definitiva, la falta de ética, honorabilidad y pluralidad.
Poca
gente tiene la decencia de reconocer los valores y éxitos ajenos.
Otra
de las grandes falsedades de la humanidad,
es
recurrir a los dioses. “...El hombre es el único animal que
venera...”.
No olvides que los dioses, no
son otra cosa que una creación humana,
una
ficción con la que la humanidad justifica su insignificancia,
ante
la naturaleza que le rodea e inunda.
Por
tal, por encima de cualquier otra condición, se libre y justo;
exige
respeto y respeta en igualdad de condiciones.
Nadie
es más que nadie.
Todo
el mundo tiene derechos y, obligaciones,
en
condiciones de paridad e igualdad.
No
pongas puertas al campo,
no
te limites en ninguno de tus objetivos, actúa sólo,
en
función de tus posibilidades y capacidades,
tu
eres el que te debes limitar, o no, conforme a tus objetivos;
ello
siempre desde la libertad de acción y reflexión personal, eso sí,
con
absoluto respeto a los otros.
Vive
con la verdad, justicia y honorabilidad.
Jamás
pises a nadie, tampoco permitas ninguna humillación.
Cualquier
persona, sin distinción alguna,
merece
el mayor de los respetos.
Intenta
comprender a todos y cada uno de aquellos
que
a tu vida llegan; aún así, no olvides que la naturaleza humana
es
egoísta, razón por la que siempre flaquea.
Por
tal, lo que quieras ser y, al final logres ser,
siempre
dependerá de tus esfuerzos, reflexiones y ambiciones;
piensa
que en toda la historia de la humanidad,
sus
logros y desventuras, están a tu servicio,
indaga,
no dejes de interrogar e interrogarte,
seguro
que al final descubrirás aquello que buscas y deseas ser.
Jamás
te rindas: de las gentes cobardes, nada es admirable.
Sólo
el esfuerzo armonioso, justo y pacífico es digno de vivir.
©
Jcb