Dice
la voz popular que ser agradecido,
es
de ser bien nacido, por tal, nada hay que me impida
el
reconocimiento de los que me han precedido;
ya
que todos los días hay razones por las que
hemos
de agradecer a quienes nos han dado
lo
mejor de su vida y despejado los días de la nuestra.
Hicieron
lo que supieron y/o pudieron,
por
ello, su misión cumplieron.
Anduvieron
por los caminos que, a cada cual,
las
circunstancias y su personal decisión trazaron,
para
la que fuerzas unieron en su caminar personal.
Su
capacidad de acción estuvo sujeta
a
los tiempos y posibilidades con las que les tocó vivir.
Aún
así, la sucesión de generaciones ganaron ventajas
respecto
de sus precedentes.
Como
siempre, dieron lo mejor de sus días
por
aquellos que les sucedieron,
tal
cual, de común, ocurre en la especie humana.
Por
ello, mi reconocimiento y agradecimiento
a
todos aquellos que me precedieron,
para
ellos mi eterno recuerdo.
A
los que en mi vida, junto a mí,
transitaron
sus días y los míos con ellos,
unas
veces sumaron, otras sustrajeron,
ya
por su palabra o por su acción,
tras
la diaria mutación, mi yo se ha forjando;
minúscula
transformación,
que
en realidad seguirá siendo,
hasta
que mi cuerpo mate a mi yo.
Con
la muerte del cuerpo,
mi
yo, habrá terminado su recorrido vital,
sólo
quedarán los resultados de las acciones de mi yo,
ya
por la palabra, los hecho o los escritos,
lo
positivo será contrapeso de lo negativo,
unos
y otros darán fe de mi personalidad.
Toda
vez que mi posición cívica, me ha llevado,
tal
cual hoy ocurre, a mi personal compromiso ciudadano.
Si
echo mano a mi historia personal,
observo
que todo cuanto me circunda,
en
un altísimo porcentaje, mis actos, y mi palabra,
siempre
han procurado transitar
por
el sendero del equilibrio y el honor.
Es
la ruta que siempre he tenido, tal cual hoy sigue siendo,
un
marcado compromiso ético con la humanidad,
trufado
por la razón y la reflexión,
donde
todo sea tasado por la justicia y la verdad.
Andadura
que por convicción personal,
seguirá
marcando los días de mi vida, hasta su punto final.
©
Jcb