Ceder sin perder es ganar y entender,
la razón de quien observa y persuade
su hacer para conocer quien disuade,
la controversia de su alma y el atender.
Cumplir objetivos mueve a conceder
y relajar licencia que traslade,
la exactitud del perfecto cofrade,
en la defensa del justo proceder.
Toda intendencia busca la guarnición,
de la totalidad con el concierto
de lo bello en lo explícito e implícito.
Buscar lo perfecto es la más justa acción,
de quien obra con la razón, abierto
a medirse al rival más solícito.
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