domingo, 28 de febrero de 2021

VIII

 



Eras “más inocente que unas fuelles”,

jamás rumiaste la maldad de gentes,

sin destetar ya ganabas a dientes

los magros salarios de seis centelles.


Seis rubias en faltriquera eran huelles

de horas setenta y no así suficientes

para mendrugo de pan entre fuentes,

con fríos que no causaban descuelles.


Crecidos fuimos y consciencia hubimos,

más no en ello supimos ni pudimos,

la capellanía era mantra adagio.


Sentenciados éramos y absorbimos

aquella fusilería y aprendimos,

con sangre y fuego en doble felonía.


© Jcb.