jueves, 9 de abril de 2020

0047




Ana Escribano
In Memoriam

Admito que nuestro encuentro
lo propició la búsqueda de la perfección;
estado cual la más hermosa aspiración.
Después vino la sinceración,
con ello el reconocimiento se acrecentó.
Ahora tu te has marchado,
supongo que no por voluntad personal,
pues lo has hecho sin avisar y sin decir adiós.
No te tomo la falta de atención,
mi aprecio no me lo permite,
hay hechos que inclusive,
por no esperados, dañan la razón,
más aún los que no han sido ni imaginados.
Por tal, hay sucesos que duelen con doble ración:
Duele el corazón y por tu pérdida llora la razón.

© Jcb