domingo, 2 de febrero de 2020

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No busques dioses etéreos, no han existido,
no existen y tampoco existirán.

Ya desde antes de nacer has tenido y tienes
la gran diosa de tu vida:
la madre que te gestó y alumbró,
quien también cuidó y cuidará de ti toda su vida.

A ella y a los demás miembros de tu tribu, te debes asir
para fijar tus basamentos y sus contrafuertes de vida.

No indagues más allá de tales límites.
Todo cuanto logres fuera de ellos,
tendrás que pagar un gran precio,
cuyo coste, a veces, es inmenso,
son cuantías, a las que, quieras o no,
deberás hacer frente,
con todos tus bienes personales
presentes y futuros.
Debes saber que la gratuidad no existe,
igual que la filantropía, la encontrarás
en muy pequeñas porciones.
Sólo en el interior de tu tribu hallarás lo que precises.
Por tal hacer “tribu”, es fortalece tu vida individual y social,
la vida comunal te hará éticamente sociable.

© Jcb