sábado, 22 de junio de 2019

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Se que mis rapaciños una vez alzen su vuelo,
me superarán; sus capacidades y voluntad,
generarán todos sus logros.
Yo moriré contento por su felicidad y aciertos.
Sólo les pido razón ética en cada instante de su vida;
eso sí, blandiendo la bandera de la honorabilidad,
tanto en su ser como en su estar,
y, que su vida profesional sea
de absoluta pulcritud y perfección;
teniendo como credo de vida ciudadana,
sin apartarse de sus objetivos,
la ética cívica más humana.

© Jcb