La
luna nos ilumina, nos lanza
al
espacio, nos ilusiona, cose,
descose,
cambia y aceptándose
su
presencia, madura y aplaza
los
estados de emoción, abraza
razón
con maduración, por desglose
ata
los aparejos del endiose
sin
razón ni corazón, es balanza
de
justa adhesión a toda verdad,
donde
se fragua la vida por mera
coherencia
y fidelidad al ser.
Buscar
la cima es cosa de unidad
a
la humanidad, como acrótera
de
todo el mejor personal hacer.
©
Jcb