domingo, 1 de noviembre de 2015

Seguir el camino






Cualquiera que sea tu deseo, tus
sentidos y la más profunda razón de
tu ser, lo más intrínseco de tu linde,
terminará por ganar tus ímpetus.

Pueden darse alteraciones de rictus,
pero ellas duran el tiempo de un balde,
hasta observar tu incomodidad cofrade;
de común tu vida es igual a tus meritus.

Tu alma tiene sus razones, sus esencias,
que de ordinario andan al unísono
de tu sensatez, vertiendo en su razón.

El respeto de cada cual, es su libertad,
atalaya de ser y opinión, conciencia
de la verdad personal, unidad del yo.

© Jcb