lunes, 8 de abril de 2013

Operarios de "Dios"


 
I

Hemos de admitir que el empresario “Dios”,
no parece tenga codificada
la conducta de obligación mandada;
sus mandatarios a la acción tras: “adiós”,

se olvidan cual encargos recibidos.
Así, los que hablan hacen manada,
acopios legos tras rezo jornada;
palabra y acción son abalorios.

Hacen lectura e interpretación, lección
que ellos mismos, en sí, dan abortada,
como emisarios de cada jornada.

Sus adagios, en cada amanecida
y puesta de sol, son un fracaso de
delegación del mandato de su “dios”.



II

No parece que hayan aprendido
la lección, hierran tanto de palabra,
como de hecho, cambian canción, cimbra
de su nicho, hacen oración cuido.
 
Obran en nombre de mandante ya ido,
quien dijo ser hijo de padre, fibra
de razón, vida, bondad en la siembra,
actividad de reflexión debido.
 
Como gesto, cuanto que por no saber
ser y estar, conformes al mandato,
dicen escrito, de su “señor” “Dios”, tal
 
que suelen argumentar legítima
representación, ello sin credencial
de gran facultad, cual sin retribución.



III

Por no otorgar sueldo su mandante “Dios”,
piden su buen sustento a sus cofrades
y a quienes no lo son. Es hora pues
de llenar faltriquera por adagios,

de los mismos sentenciadores píos,
buscan poder terrenal, con alardes
de certificación tras alcaloides
de paraíso trascendental, laudemios

que toman sin remisión por discurso
cualquier fabulación, naufragio
desde la salida a la puesta de sol

como dueños, según ellos decurso
con y sin alcaloides, montan agio
de actividades y bendición, mirasol.



IV

Se toman con la misma mano, oración
y justicia, poseídos como están,
de su única verdad, tal condimentan
como universal barrunto por razón.

Tras su permanente carencia, adición
de corrupta conducción, que conciertan
sermón como toda remisión, cotan
legitimidad de fabulas, canción

del poder de su encarnación, decretan
buscar el viento del mejor pagador,
quehacer en nombre de su señor “Dios”,

es por ello, que aún con garfios derrotan,
por comanda del patrón abrochador,
para cada día estar por alodios.