XL

 

En su sola soledad le amputaron

sus gozos personales, se enredaron

en la conmutativa acción y aislaron

la unidad personal que no sellaron.

No lo pensaron pero se alejaron

del “mundanal ruido” un trecho y abarcaron

su aislamiento en la unidad que aliñaron

con los mutuos empeños que abrigaron.

Reconociendo su unidad se aliaron

del plural ser y, en verdad, impulsaron

la idiosincrasia con que se alojaron

en las entretelas con que cambiaron

su extraño y variado ser, que negaron,

ya que, ni lo uno, ni lo otro, alabaron.

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XXXV

 

Cuando el día atenúa se termina

la laboralidad del mismo, entonces

sin solución de continuidad naces

a otra ritualidad que te adoctrina.

Es menester tomar la gran cecina,

para llenar el buche en lo que alcances

por aquello que acontece y adormeces,

es tu soledad sin otra anodina.

Llegan momentos de ser todo en uno

cuya unidad es plural y diversa,

es hora de la reflexión y la acción.

La razón toma la senda que acuno,

vida que ayuno cuando me es adversa,

certeza que vive sin otra adicción.

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XXVIII

Lo que importa son actos de voluntad

y razón, los de credo son del fuero

interno, donde nadie entra, son cuero

protegido en honorable autoridad.

Civilización ética en libertad,

diálogo operado con el barquero

en la fronda espesura del barbero

que nada deja al albur del despertad.

El carnaval de la vida es prudencia,

juicio e ilusión por las siete pulgadas,

ábaco y diapasón, razón de riesgos.

Condúcete con verdad en la ciencia

del Código civil y evita hiladas

del Código penal quien crea sesgos.

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XXVI

 

Vive en mí la razón que me acompaña,

vivo con la historia de los que fueron,

los que dejaron de serlo y alcanzaron

vida habitando su vivir con maña.

Vivo el vivir e hipoteco mi hazaña,

donde arrastro la vida que ayer dieron

los que de balde la suya entregaron

y alzaron con los suyos su cabaña.

Vivo y asumo la de los que sumaron

durezas y esfuerzos hoy insoportables,

por una vida ruda sin remisión.

Jamás izaron los brazos, llevaron

la cabeza bien alta, la rudeza

que cargaron, hoy es su eterna dignidad.

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XXXIX

 

Ceder tu aleteo es atar tus alas,

tanto como hipotecar tus licencias,

preñar tu vida es ir merced de agencias,

ata las bases y gana corralas.

Mira a la mariposa en sus escalas,

con su vuelo dicta y crea las ciencias

de su bello vivir sin más carencias,

donde libertad es acto de igualas.

Ceder autonomía en lo privado,

es enajenar el yo y su franqueza,

negando con ello a los ruiseñores.

La conciencia de vida es acto amado,

saber ser y estar, la mayor riqueza

del libre albedrío, canto de autores.

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XXXVIII

 

Los acarreos se alzaron logrando

la esencial suma para que los libros

cual gladiadores unieran sus cobros,

donde guardar silencio de lo amado.

Todas las veredas van abonando

el fin de la trazada, son los quiebros

de la vida y las gentes cuyos rubros

es verbo y luz del entorno aclamado.

Nada es ajeno a las partes que suman,

es la producción y puesta en servicio

de todo bien hacer sin espejismos.

Empeños de semillas que rezuman

y consuman las ansias del oficio,

donde insiste la razón sin abismos.

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XX

 

Su vida era sorpresa y sufrimiento

quedó triste y arruinado, descontento,

destruido, sin amparo y sin cimiento,

cedido de flaqueza y sin acento.

Honores de ensueño como fomento

de la vida en silencio, aditamento

del contento de la misma, momento

que almidonado resiste y da aliento.

Con honor ve el empedrado y se inserta

en la hondura del lago donde acierta

la vida en la espesura in su memoria.

Opción, abrir la razón que concierta

el diligente acomodo de experta

acción, dictando los vientos de historia.

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