La
educación e instrucción pública, son
los
cimientos que generan la sociabilización
de
la vida pública, de aquellos que conforman la comunidad.
La
vida socio-cultural de la comunidad,
es
el triángulo del ser y estar de toda
persona
que vive agregada a una agrupación social.
La
vida adulta de cada individuo, es la prueba
de
la naturaleza de ser y estar de cada sujeto,
con
cuyo acomodo, se prueba la debilidad
o
fortaleza de la agrupación social que le da acogida.
La
cultura es la pagoda de la educación de cada individuo,
a
la que se une la instrucción pública como torrentera
que
crea el cetro final de la cultura individual y colectiva.
La
educación como generadora de cultura y
sociabilización
de los sujetos,
es
el basamento del equilibrio de los individuos.
A
tales actuaciones, se suma la instrucción pública
quien
contornea, con ponderación, el marco empático
de
la sociabilización y honorabilidad de las personas.
Con
tales actuaciones, se crea el marco político-económico
de
la vida profesional de los individuos,
conformando
con ello el marco jurídico de cada sujeto
en
el interior de la comunidad.
Una
y otras actuaciones dotan a toda criatura
de
los contrafuertes y medios necesarios
para
la traza de la personalidad de cada sujeto,
tanto
a nivel individual como social, lo que redunda
en
el bien de la tribu que le conforma y acoge.
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Jcb