domingo, 27 de abril de 2014

Gestante





A todos los gestantes




Navega la criatura gestante en
su ciega acuosidad, crece y se
desarrolla en su natural broche.
Oscuridad, madurez, abastecen.

Abastecimientos por cual trazaren
alzada, maduración por donarse
perfección, cual ajena ilusión darse.
Caricias en sordidez son bocinen.

Precisa la criatura del silencio,
por ser su hermosa comunicación,
darle a escuchar bellas sintonías.

Una gran acción, masajes, bisbiseo,
benigna influencia en su diaria ración,
de físico y psíquico: es amor.




© Jcb





domingo, 6 de abril de 2014

Pequeño gorrión









A Mateo Arnedo Belmonte-Salinas



Flota el gorrión que pende de cordón,
quien se generó por expresa garra,
libérrima expresión de bizarra
razón del cóndor en acción de bordón.

Basamento de amor con galardón,
que vuela por los caminos de carra,
firmeza que proporciona en larra,
particular acomodo torondón.

Donde brilla con especial cautela,
de quien en oscuridad se maneja
con brillo de amor en acuosidad.

Mañana sin igual que abejuela,
espacio de frondosidad aneja,
ensoñación con pasión, en unidad.



© Jcb





miércoles, 2 de abril de 2014

Mala gente









No me gusta la mala gente,
no me gustan los estafadores,
los “negreros”, la gente “chafardera”,
cualquiera que sea su actividad, oficio
u ocupación económica.
No me gusta la gente explotadora,
la gente que se sirve de un cargo
u empleo para “imponer sus reales”.
No me gusta la gente que obliga
a otros para que hagan,
quieran o no, su voluntad.
No me gusta la gente que amenaza
con que “viene el lobo”,
para que esos, “confiados”,
hagan lo que el amenazante
quiere que hagan.

No me gusta la mala gente,
los parásitos sociales,
los vividores del sudor ajeno,
los explotadores sociales,
aquellos que mediante rezos
o supuestas reivindicaciones
políticas o sociales,
se posicionan en estadios
económicos y sociales,
que jamás ocuparían por méritos propios,
si por medio no estuviesen esas ocupaciones
temporales, que las convierten en eternas.

No me gusta la mala gente,
los profesionales
del sindicalismo o la política,
que con valía o sin ella
(lo común es sin ella),
hacen que tales actividades,
se hagan eternas, por lo que
terminan entendiendo que aquello,
lo público, es de su propiedad,
para finalizar, de una u otra forma,
“metiendo la mano” en la caja de erario público.

No me gusta la mala gente,
no me gustan los
“salva patrias”,
aquellos individuos,
que para alcanzar una representación
pública ante la ciudadanía,
lo hagan gracias a la mentira,
la estafa, la villanía, el robo
y la manipulación de la voluntad
del común de las gentes,
de quienes normalmente
dependen que le reconozcan con su voto.

No me gusta la mala gente,
aquellos que “miran por encima del hombro”
a otras gentes.
No me gusta la gente
que se cree superior
a otras gentes
No me gusta la gente
que se vale de su posición
personal, económica o social
para imponer su voluntad a otras gentes.

Admito los errores humanos,
pero no me gusta la gente “chapucera”,
la gente mal trabaja.
No me gusta la gente que de común
es vaga física y mental.
No me gusta la gente que sistemáticamente
incumple sus obligaciones,
cualquiera que sea su profesión u oficio,
su posición social o económica.
No me gusta la gente
que deja las cosas sin hacer,
por voluntad puntual o sistemática.
No me gusta la gente
que deja de hacer aquello
que está obligado a hacer,
para no perder posición,
cualquiera que ésta sea.
Quiera o no, ello es engañar,
es falsear, es negar la verdad.
Es en definitiva, una persona
degenerada por hipócrita y farsante.

No me gusta la mala gente,
aquella que por mor de su capacidad temporal
de escribir en el boletín oficial del estado,
dicta normas en su favor personal
o de grupo afín,
dictando con ello normas
contrarias al bien común.
No me gustan los mentirosos,
estafadores sociales.

No me gusta la mala gente,
que se vale de la buena gente
para eludir las obligaciones
cívico sociales,
económicas y políticas,
por lo que deben ser auscultadas
por el código penal.
No me gusta la mala gente.




© Jcb
 
 

lunes, 31 de marzo de 2014

Gente normal









A María Dolores Cerezo Montolio
 





I



Me gusta la gente sencilla, normal,
sin engollamientos, altanería,
ni hojarasca, desperdiciaría.
Sea ingeniero doctor o peón diezmal.

Busca, lucha como el mejor chamal,
cualquiera que sea su albardería,
profesión, oficio, alcucería,
agricultor o barbero decimal.

Me gusta la gente sencilla, normal.
Que cada cual por tratable, ocupe
el puesto por su libre concurrencia.

Sin alharacas, fanfarria bautismal,
hipocresía ni doble zurrón, dé
siempre sus logros con ciencia y honor.





II



Me gusta la gente sencilla, normal,
que desempeña, defiende pulcritud,
honestidad, observación, aptitud,
perfección del diario cosechar formal.

Cual honor la diaria labor lagrimal,
sin alcahuetería, su celsitud
es actividad, coraje, gratitud,
que brilla con personal valor firmal.

Me gusta la gente sencilla, normal,
que en su actividad real, permanente
o temporal, lucha, traba perfección.

Jamás olvida su origen y razón,
siembra, labra para ganar su norte,
respeto, recato, interlocución.




© Jcb
 
 
 
 

domingo, 23 de marzo de 2014

Horizontes






En la lejanía, la línea que al
horizonte brilla en crepúsculo,
allí, en la lontananza, báculo
del mundo, verdad de vida arterial.

Espacio, donde la libertad vestal,
en tierra o mar, engendra cálculo
de dioses por domeñar, estímulo
donde el hombre impone su cabañal.

Mar, donde la seguridad atenta
contra la vida, punto de oración,
lugar de dioses, cobijo cenital.

Tierra, lugar de seguridad, cita
de otros dioses de protección, timbal
de sangres ajenas sin otra razón.




© Jcb
 
 

sábado, 22 de marzo de 2014

La luz








A Elena Castillo García






Si buscas la luz, no te alejes de
tu sombra, con premisas de la razón,
reflexión, firmeza, libertad, dulzón
espacio de verdad, tu interior blinde.

La luz siempre llegará en cofrade,
que tamiza la pasión, cual armazón
que adereza inteligencia, sazón
que el discernimiento recomiende.

Sé esponja, que anide tu ánima,
ella será tu brújula de vida,
acude con tu precisión adicta.

Fervor en la hora exacta, cima
por adicción del bien hacer, ardida
que adereza la mente compacta.




© Jcb
 
 
 

viernes, 21 de marzo de 2014

Hermosa desnudez






La desnudez otorga gran belleza,
cual magnitud de su singularidad,
ella enmudece, muestra sobriedad.
Tal cual brilla por su propia grandeza.

Sin alharacas con gran entereza,
ajena de ropaje en su unidad,
presenta atributos en abundad,
de real apogeo por su fortaleza.

Sin perifollos luce su ser, frutos
de la razón de su sabia interior,
quien realza su verdadera ánima.

Rarezas por exclusivas, adictas
al color con brillantez y resplandor,
generan paz, afabilidad: Cima.

© Jcb