LA GRAN BATALLA

A José Vicente Delicado Pérez

Con seguridad tu más importante

batalla la tienes perdida, ganar

combates en tiempo o espacio es desgranar,

las lindes de tu estar y ser andante.

Nunca olvides tu meta, caminante,

ella te conducirá a Ítaca, allanar

el rigor del sendero es amilanar

la dureza de la batalla actuante.

Sólo tu eres responsable de lograr

victorias parciales, cuyos honores

nutren los utensilios de la vida.

Es indubitable el deber de integrar

la batalla final, con los actores

usuales que sirven laurel ácida

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Tus atributos más esenciales,

los tienes de origen,

por tal, hasta alcanzar la vida adulta,

lo único que precisas es:

cultivar tus esencias y,

como el águila en su vuelo,

alcanzar la perfección en tus objetivos,

para producir la mayor y más absoluta belleza.

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PENSAMIENTO EN LIBERTAD

A Ramón F. Sobrevela Alegre

Si los libros te enseñaron a pensar

y de ellos tomaste libertad, jamás

olvidar tus límites, donde afirmas

tu albedrío y cetro que debes usar.

Pero la verdad te exige compulsar

para el vecino el poder que reclamas,

por ser justicia y equidad sin soflamas

y, de norte a sur junto a él proclamar.

Eres hijo de la razón con honor,

disertar en verdad es tu obligación,

tal es tu libertad y ecuanimidad.

Nada es ajeno en probidad de tenor,

divulgando ley en gobierno y acuñación

de íntimo razonamiento y voluntad.

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En tu desarrollo humano y personal,

no hay camino sin vitalidad,

no hay camino sin proyecto trazado,

no hay camino sin sueños e ilusiones,

no hay camino sin compromiso personal,

no hay camino sin esfuerzo y dedicación,

no hay vida sin ética e integración social.

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OTOÑO DE MIS DÍAS

Mis días se consumen, centinela

que amortiza sus horas en otoño,

vigía de vida en opaco moño,

cristales de transparencias en vela.

Alcanzado otoño vital, bisela

la acción con razón que crea bisoño,

del sujeto de tal honor, madroño

del fruto plural por su curatela.

Otoño vital que muda y trastoca

la vida individual de la persona,

que vive donde transcurre el silencio.

El tiempo vivifica el ser que invoca

sentido emocional, lo airea y acciona

la aurora muta a ocaso sin oficio.

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Hasta los 30 te formarás,

después tu profesión forjarás,

a lo que añadirás las costras

que las experiencias dan.

Con ello crearás los caminos de la vida,

eso sí, siempre que quieras llegar a SER.

Ahora bien, para SER, deberás, en justicia,

avivar tu razón por la libertad,

la prudencia con armonía, la responsabilidad y tu,

compromiso de SER con honor todo el día.

La prudencia con verdad sin atonía,

y, cualquiera que sea tu ocupación,

la ética como conducta de vida individual y colectiva,

y, en todo momento, honorable ciudadanía.

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NIHILISMO CAINITA

Esas lecciones que la historia humana

da, son la injusta humanidad cainita,

tanto por cahuín que vive nihilista,

sin otro tránsito que el yo que emana.

El nihilismo niega tal que alquitrana

el día y la mañana, quien cohabita

por negación sin honor que deleita,

su no en único valor de campana.

El nihilismo es negación sin más razón,

cainismo es la animosidad de vida,

por la ausencia de tribu que sustente.

Nihilismo y cainismo es la destrabazón,

que niega maduración de afligida

existencia ética en sujeto anuente.

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