Soledad,
la herramienta humana
que
edifica el ser de todo individuo,
“alejado
del mundanal ruido”, gradúo
los
silencios que crea cada mañana.
El
silencio de los cipreses mana
soledad
y quietud, testigo y avalúo
de
la vida que por fin amortiguó,
existencia
de justa y certera aduana.
Soledad
cierta y recta en el sosiego
edificador,
tiempo para silenciar
donde
generar verdad y asignación.
Toda
creación busca justo labriego
que
sepa crear estímulos, querenciar
el
desafío de su acción y producción.
©
Jcb