XXVIII

Tu libertad sólo pende de tu voluntad,

se dueña de tu razón, tu reflexión,

tu pensamiento, tu causa y tu acción,

honor bajo tu responsabilidad.

Tus límites tienen el trato, bondad

y respeto por la consideración

de tus semejantes, que por aceptación

se dignifica tu unidad y libertad.

Sin comportamientos piramidales,

vive la horizontabilidad, procura

bascular en el bien personal común.

Tu vida es tu único bien personal,

que por intransferible, es tu joya

más cierta, vivela unida a verdad.

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Aromas de la vida

Los aromas de la vida, son esos

caminos y sus linderos, peldaños

cual filtros de los valores humanos,

son pilares y contrafuertes ciegos,

que anejos a todos los abrigos

del ser, son razones y equipamientos

de la persona, cuyos aparejos

son acopios de unidad y verdad, cantos

de individualidad en libertad, lazos

de disciplina con justos cobijos,

cuyo sueño en silencio amamos.

Aromas de uniformidad, excelsos

compromisos por el amor, cimientos

de los procesos construtivos del nos.

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Hojas caídas

Ellos soportaron el paso del tiempo,

el esqueleto quedó sin su vestido,

algunos manifestaron su desnudo

ser, tal cual, su dedicación acampó

entre los humanos, cuyo arropo

con pulcritud, licenció abnegado

servicio de belleza, con su bando

de justa proclama, su noble copo

emancipó el recitado de gentes

que supieron ver esas maravillas,

quienes en todo tiempo, aún sus cambios

de color, saben unir emociones

que alimentan espacios y villas,

donde los humanos entonan cantos.

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Anhelos

Por convicción mis anhelos de verdad

en libertad son diversidad con orden,

pluralidad y disciplina, abren

las emociones por explosión de unidad,

donde los sueños son silencios, anidad

de amarres que unen y viven el orden,

donde individualidad acude bien

sazonada por razones de libertad.

Los anhelos vigilan los aromas

del ser individual y colectivo,

son mirillas por donde se vigila

el yo y su plural, son cardiogramas

de la razón y el sentimiento vivo,

cual disciplina personal cifrada.

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XXXI

No me otorga licencia de libertad

quien me esclaviza en cualquier morar,

sea cual fuera su acción, todo cantar

precisa emoción, albedrío y verdad.

El rezo de la razón, es unidad

en la edificación del yo, acatar

la verdad con precisión es acotar

la perfección con sinceridad; verdad

por donde debe caminar la libre

decisión, cual belleza de obra bien

hecha; justa medida de certera

reflexión, como traje de jengibre

que adereza con eficiencia el buen

yantar, donde la rectitud es bandera.

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Por ser, soy

Soy hijo del ser, limitado por las

circunstancias propias del ser, ese

ser, cuya limitación le conduce

a toda superación de murallas.

Allí donde el yo abre su ser, alas

personales para liberándose,

fortalecer todo ser, uniéndose

a la construcción plural que anidas.

Nada soy si carezco de mis modos

de ser en libertad, donde el acceso

vigilante es ética por convicciones.

Mi yo se arropa en campos abiertos,

se alimenta en todo proceso

de unidad de acción con emociones.

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Indecencias

Indecencia, son los hechos que a diario

soportamos por mor de la ausencia

de responsabilidad cívica y decencia

de quienes nos circunda sin amorío

a la vida responsable y plural, a diario

trufada de mentira con robo e indolencia,

de amplia acción y total carencia,

de ciudadanía y verdad por ser falsario.

Decencia es el deber de atender,

de hacer y bien hacer, que nace de las

obligaciones laborales y sociales.

Cualquiera que sea la actividad,

la perfección es obligación moral,

lo imperfecto e injusto, es indecente.

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