Querido ciudadano del mundo,
cualquiera que haya sido tu lugar de nacimiento,
sea cual fuere tu color de piel.
¿Te has parado a pensar en el momento de tu nacimiento?,
cuando con dolores y esfuerzos tu madre te parió.
Además de llorar, explorar el calor de tu madre
y buscar el alimento natural que ella te podía dar,
¿qué otra cosa hacías?.
¿A caso naciste de un dios,
o de la heroína que te parió?.
¡¡¡Tu gran heroína!!!.
Naciste sí con tu yo,
el cual con el paso del tiempo
creció, se conformó y se afirmó.
¿Te has parado a pensar un momento
la razón de tu dios o tus dioses?
¿Has observado si es una cosa
con la que naciste o ha sido
una adherencia de tu “tribu”?.
¿Te has parado a pensar por un instante
cuantos dioses tenías al rededor de tu nacimiento?.
La principal tu madre, la gran heroína,
y con ella, los/las héroes que le ayudaron
en tu alumbramiento.
Eras sólo e indefenso,
si nadie te hubiese dado la necesaria
protección física, hubieses muerto.
¡¡¡Te das cuenta que naciste desnudo,
sin más amparo y soporte que los que
con alegría te dieron cobijo, calor, alimento,
coraza física e inmaterial.
Toda la “tribu” en que te hiciste presente,
se persuadió de que eras importante,
que eras una valiosa “joya”,
que te debían de arropar y cuidar,
que te habían de mimar en todo tiempo y lugar.
Desde el mismo momento de tu nacimiento,
eras su acción, su proyección, sí con tu propio yo.
Es tu “tribu”, la que desde el mismo
instante de tu nacimiento,
te ha cuidado, protegido y mimado,
con sucesión de individuos,
hasta el día de tu muerte.
¡No hay muerte si no hay vida!.
Te han dado soporte,
sin pedirte nada a cambio,
todo cuanto has necesitado,
de ellos lo has recibido.
Su idioma, su cultura, sus medios
de sustento y su crecimiento,
te lo han dado todo en cada instante de tu vida,
por lo que nada te han pedido,
como mucho una sonrisa.
Con aquella cultura, además de ayudarte a ser libre,
te han dado su dios, sus dioses o la ausencia de ello,
lo único que siempre te han pedido es
que seas respetuoso con la historia
de todos ellos y sus/tus antepasados.
Tu has observado que durante toda la historia de tu “tribu”,
tu gente, la buena gente,
que como tal se ha comportado,
contigo y en tu ausencia,
siempre ha vivido sin impostura,
ha sido gente honorable.
Que hoy todo ello es fuente y sustento de tu ser.
Te has parado a pensar que todos tus antepasados,
han subsistido con y sin “dioses”, que además,
con o sin ellos han sido y son “buenas gentes”.!!!
¿Te has parado a pensar lo que han hecho y hacen
las religiones, a lo largo de sus pocos años de su existencia?.
¿Qué son dos mil años en la historia de la humanidad?.
Tu para vivir tu vida,
como quiera que sea esa vivencia,
¿precisas de un dios o de dioses?.
Si así es, te felicito y estoy contigo,
siempre te acompañaré.
¿Pero te has preguntado que otras personas,
tan dignas como tu,
no precisan de ningún dios,
que la naturaleza y las personas,
les son suficientes?.
Con estos también siempre estaré a su lado.
¿Si ello es así y tu eres absolutamente respetado,
por qué razón no les respetas tu en dignidad
e igualdad de condiciones,
a quienes no admiten dios alguno?.
No olvides jamás que todos nacemos
en igualdad de condiciones,
con los mismos derechos y obligaciones,
que debemos respetar y ser respetados,
con independencia de nuestro lugar de nacimiento,
sexo, color de piel, tribu o cultura.
No olvides que tu dios es tan
digno como cualquiera otro dios,
incluso otros dioses,
tanto como aquellos que viven
en la ausencia de dioses.
Así pues, se buena persona,
en el buen sentido del término.
¡¡¡Respeta y serás respetado,
vive y deja vivir,
no olvides que no eres más
ni menos que nadie!!!.
© Jcb, 10/2013