I
La Amistad quisiera glosar
y no se por dónde empezar.
Siempre, en todos los casos,
los inicios, su medida darán.
Fundamento de respeto y libertad,
prueba las razones del saber ser y estar
elemento propicio para superar las
luces y sombras que son de esperar.
Amistad, signo de tolerancia y caridad,
cimiento de los afectos que siempre están,
ejercicio de acción y reflexión,
sustento del sentimiento y la razón.
Afectos que siempre están.
Ello lo atestiguan Robert et Josiane,
Agustín, Luis, Salvador, Jaime y Julián,
Fernando, Rafael, Guillermo y Pascual,
José Vicente, María y Caridad,
Encarna, Maite, Luisa, Rosa.
Y tantos más que en el subconsciente están.
Pedro en eternum, que pronto nos dejó.
El diez de junio de mil novecientos sesenta y dos
por quien huérfanos debimos superar la soledad.
A todos ellos, quiero glosar
incluso a los que en silencio están.
Aquí estamos, los nomos que somos,
los que el camino hemos recorrido
y los sesenta y cinco hemos cumplido.
II
Los cromosomas erraron y,
en la calle Chavarco 23 llegó
el que no querían que fuese y es.
“…se equivocó la paloma…”
A las 14,35 del 21/02/1946
se personó quien y donde
meses más tarde con ascuas
su mano derecha quemó.
El artesano no del todo la curó
y, así, toda su vida quedó.
Dos años antes, en Albi,
Robert la casa iluminó.
El camino andado fue y,
con Josiane lo encontré,
para el veinticinco celebrar
la llegada de los tres.
De aquí hasta tres veces
Treinta y tres, el encuentro
anual no debe perecer.
Caminemos y hagamos sendero
en aquel estar y ser de los nomos
que en aquella acción-reflexión,
la amistad niega vacíos
a los sentimientos y la razón.
Amistad, gozo de humana fraternidad.
Jcb