Pensar
no cuesta dinero y da luz,
su
claridad, alivia mente y espíritu,
es
un hecho saludable con ímpetu,
en
todo tiempo y lugar, es tragaluz.
Pensar
alivia el ánima al trasluz,
quien
agita el seso y crea chistu,
que
conforma la actividad del tú,
el
yo, el nos, como actos contraluz.
Pensar
hace bien, es acto de civismo,
ocupación
de todo ser humano,
que
crece y vive en forma grupal.
Pensar
es el más singular argumento
de
la conducta individual, altiplano
que
eleva al cautivo principal.
©
Jcb