Recurro
a mi cubil, como el rincón
que
siempre está allí, esperando
la
llegada, donde el yo queda desnudo,
ese
lugar donde el alma es tasación.
Mi
cubil, espacio de maduración,
donde
el ánima encuentra su bando,
quedando
en compañía de su laudo,
con
días de cobijo sin limitación.
Aquel
refugio de todo quebranto,
donde
la desnudez del alma toma
toda
su dimensión sin más algarabía,
Es
la cueva de todo calicanto
interior,
son agonías de pasión, aroma
de
razón, donde la vida toma sabia.
©
Jcb