El
gran valor de la historia,
para
quien quiera entender,
son
las lecciones que a diario otorga,
cualquiera
que sea la materia de que se trate.
Aprendamos
la lección,
no
permitamos más errores ni golferías.
Son
muchos los delitos que por acción y/u omisión,
los
representante políticos de la ciudadanía,
ya
sea por actos “dedocráticos” o “democráticos”,
desde
noviembre de 1975, hasta la fecha,
por
falacias y felonías, no han dejado de sucederse.
Es
por ello, que por higiene democrática y
salud
mental de las gentes,
hay
que depurar los comportamientos ilícitos,
más
aún, los delitos de lesa patria y lesa humanidad,
cualquiera
que hubiere sido el autor de ellos,
los
que en ningún momento deben quedar impunes.
Hay
que armar de civismo a todas las gentes
que
conforman la Nación.
La
educación, la formación y la cultura,
son
las herramientas básicas,
que
conforman la ciudadanía, por ende la convivencia.
Con
dichos “mimbres” y
el
más depurado concepto de “ciudadanía”,
colmemos
el armario de la Nación
que
a todos nos cobija.
La
Nación debe dotarse de un
Estado
honesto y eficiente,
donde
cada cual, lleve a perfecto puerto,
sus
derechos y obligaciones
Cualquiera
que sea el puesto social
que
cada persona ocupe,
todos
tienen el derecho y la obligación,
de
participar en la cosa común de la agrupación.
Unir
lo real con lo ideal,
es
la luz que a todos ilumina,
la
paz y armonía que a todos sostiene.
©
Jcb