Domeñar
el yo, es voluntad de vivir,
más
aún cuando ese latir te lleva
a
convivir, lo que es arte que eleva
la
relación social quien valida el recibir.
Domeñar el yo, es ciencia convivir,
lo
que exige voluntad con releva
de
razón tras reflexión en la cueva.
La
vida te pide dar para saber disentir.
Todo hecho precisa de tu sabiduría,
es
la depuración del saber ser y estar,
conforme
a los oficios y sociedad.
Para ganar el yo la inteligencia
debe
lograr el nos, sin escatimar
esfuerzo,
dedicación y afinidad.
©
Jcb