El
líder natural nace, crece y se
desarrolla,
per se, su fuerza mana
de
su interior, su acción abona la toma
de
decisión, del honor que atendiese.
Su
actividad es el doble valor de
unirse
a la ponderación que genera
la
razón y reflexión, como oportuna
prueba
fiel del aliento del mayor ente.
El
líder natural sirve, no se sirve,
se
pone al servicio de grupo, hace
colectividad,
pondera el bien general.
Nada
queda al azar, todo tiene
su
razón, todo cuanto acaece
es
producto del amor al bien plural.
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Jcb