Toda
mi vida, silenciosamente caminé,
hasta
que llegué al final de la vida adulta,
cuando
alcancé la cima de ella,
solté
amarras y me precipité al vacío,
cuando
estaba cayendo,
como
resorte de protección pro supervivencia,
abrí
mis alas y aprendí a volar.
©
Jcb