Aunque
nunca se apagó, hoy, con
más
razón, enciendes la ilusión, farol
que
jamás cesó su vida, por su control
gozas,
delineas el valor del arcón,
donde
se deposita la proyección,
la
esperanza, la edad con charol,
producto
de la pasión por el perol,
que
sostiene al cuerpo y la reflexión.
Esfera
que facilita el crecimiento,
con
aderezos de obligación, por
el
honor de lo físico temporal
y
lo racional intemporal, tiento
de
extensión exigua, cuyo vapor
lustra
la ética de vida normal.
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Jcb