Luchar
por la vida es tu pequeña,
permanente
y gran vigilia, para
que
tu desarrollo sea integral, cura
de
lo físico y lo psíquico, cuña
que
hará que tu ánima sea leña
plural
que genera la bordadura
del
mundo de las gentes, hermosura
de
comunicación con lengua dueña,
de
la acción y el encuentro humano,
cualquiera
sea el credo u oración, de quien
con
razón busca la felicidad del ser.
No
te escudes en dioses, el cuaderno
es
“ora et labora”, que no te gobiernen
dioses,
ellos son creación de las gentes.
©
Jcb