Cualquiera
que sea mi estado, cabe
en
el soñar, quedo exento de pagar
derechos
de propiedad por ser el crear,
libre
de ajenidad; todo se percibe.
Son
latidos del corazón que abre,
el
vuelo de la razón, para encontrar
la
llamada que agita en su volar,
el
águila por las ondas que describe.
Son
alas de inteligencia que busca
el
templo del razonar, donde la verdad
se
encuentra con el silencio interior.
Quien
halla el balcón de la armonía,
el
que por pasión genera afinidad,
tolerancia,
en honor a la reflexión.
©
Jcb