En
todo tiempo y lugar, el género
humano
ha tenido una constante,
la
superación por ley del más fuerte,
aún
hoy, por la disputa del dorado.
En
todo tiempo y lugar, él devengó
la
dicha del crecimiento brillante,
por
premio de la virtud más solvente,
haciendo
bueno el libre albedrío.
En
todo tiempo y lugar, ha matado,
ha
ensalzado y belleza ha creado,
maldad
ha dado y la razón faltado.
Confiamos
en su virtud al abrigo,
del
honor como bien más abnegado,
vida
y verdad del plural más amado.
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