sábado, 4 de mayo de 2019

0018




Observa la historia de la humanidad,
toda ella es un libro abierto a tu servicio,
está lista para abastecer todas tus necesidades;
cualesquiera que sean tus objetivos,
sean programados o cogidos a vuelapluma,
siempre hallarás respuestas
para tus más ambiciosas preguntas.

Sea la que fuere tu disciplina académica o laboral,
con regularidad encontrás un espejo en el que fijar tus ojos;
ello te llevará a poder reflexionar
para sacar los mejores resultados.

En cada instante, procura ser esponja para
sacar lo mejor todo aquello que te puedas rodear.
Aún así, nunca olvides, que tras las actividades humanas,
se esconden, los egoísmos, las mentiras, las injusticias.
En definitiva, la falta de ética, honorabilidad y pluralidad.
Poca gente tiene la decencia de reconocer los valores y éxitos ajenos.

Otra de las grandes falsedades de la humanidad,
es recurrir a los dioses. “...El hombre es el único animal que venera...”. 
No olvides que los dioses, no son otra cosa que una creación humana,
una ficción con la que la humanidad justifica su insignificancia,
ante la naturaleza que le rodea e inunda.
Por tal, por encima de cualquier otra condición, se libre y justo;
exige respeto y respeta en igualdad de condiciones.
Nadie es más que nadie.
Todo el mundo tiene derechos y, obligaciones,
en condiciones de paridad e igualdad.

No pongas puertas al campo,
no te limites en ninguno de tus objetivos, actúa sólo,
en función de tus posibilidades y capacidades,
tu eres el que te debes limitar, o no, conforme a tus objetivos;
ello siempre desde la libertad de acción y reflexión personal, eso sí,
con absoluto respeto a los otros.
Vive con la verdad, justicia y honorabilidad.
Jamás pises a nadie, tampoco permitas ninguna humillación.
Cualquier persona, sin distinción alguna,
merece el mayor de los respetos.

Intenta comprender a todos y cada uno de aquellos
que a tu vida llegan; aún así, no olvides que la naturaleza humana
es egoísta, razón por la que siempre flaquea.

Por tal, lo que quieras ser y, al final logres ser,
siempre dependerá de tus esfuerzos, reflexiones y ambiciones;
piensa que en toda la historia de la humanidad,
sus logros y desventuras, están a tu servicio,
indaga, no dejes de interrogar e interrogarte,
seguro que al final descubrirás aquello que buscas y deseas ser.
Jamás te rindas: de las gentes cobardes, nada es admirable.
Sólo el esfuerzo armonioso, justo y pacífico es digno de vivir.

© Jcb