Eres
vigía del medio, iluminas
tus
pasos y los de aquellos que junto
a
ti avanzan por senderos de acento
e
ingenio, afecto en vías que apadrinas.
Ser
vigía, no es una opción, tu atinas
con
la ruta de la luz, el minuto
de
reflexión, cuya verdad es punto
de
emoción por el honor que aglutinas.
La
vida es una vereda de espinas
y
rosas, de luces y sombras, huellas
y
simiente que tomas y acaloras.
Avivar
exige arte y disciplinas,
prudencia
que exprimes sin más querellas
que
la integridad, justicia que afloras.
©
Jcb