Mi
atavío es ligero, “mi equipaje”
es
liviano, tal cual la vida en paz,
cuyo
precio regularmente hay que pagar.
Aún
así, su coste, cualquiera que sea,
siempre será más saludable la calma,
cuya
armonía, tarde o temprano,
producirá
frutos imperecederos.
©
Jcb